Jugos y licuados para la flora intestinal

Miles de bacterias “buenas” viven de forma armónica en nuestros intestinos.   Sin embargo, en ocasiones el balance se reduce debido a muchos factores como la sobreexposición a los antibióticos, el alto consumo de azúcar, harina refinada y alimentos procesados, el uso excesivo de jabones antibacterianos, etc.

Algunos se preguntarán, pero ¿Por qué es tan importante mantener el equilibrio de esas bacterias (conocido también con el nombre de la flora intestinal)? La investigación está comenzando a mostrar que las bacterias “buenas” desempeñan docenas, si no cientos, de roles en el mantenimiento de nuestra salud. Aquí se detallan algunas:

Las bacterias en nuestros tractos intestinales producen vitaminas B y vitamina K. Estas vitaminas juegan un papel importante en el metabolismo energético (producir energía a partir de los alimentos), mantener la salud del sistema nervioso y coagular la sangre.

Las bacterias en el intestino grueso digieren la fibra y la utilizan para producir sustancias químicas que alimentan y protegen el revestimiento intestinal. Este revestimiento desempeña un papel clave en la prevención de infecciones, el aumento de la inmunidad y la reducción de la inflamación. Si el revestimiento se rompe, los productos químicos que nunca deben dejar los intestinos terminan en el torrente sanguíneo, lo que puede provocar una inflamación o una respuesta inmune hiperactiva.

Estas bacterias “buenas” producen la mayor parte de la serotonina del cuerpo, un neurotransmisor clave. Los científicos están comenzando a ver conexiones entre la salud del intestino y la salud y el funcionamiento del cerebro.

Las bacterias “buenas” intestinales producen enzimas que metabolizan drogas, hormonas y toxinas. Además, producen sustancias químicas que “se comunican” con el hígado en relación con la producción de enzimas utilizadas en la desintoxicación.

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Alimentos para regenerar la flora intestinal

Kéfir / Yogurt (probióticos): El kéfir y el yogur están llenos de probióticos, que ayudan a combatir los microbios nocivos que ya existen en su tracto digestivo, además de crear un hábitat nutritivo donde las bacterias “buenas” pueden reinar.

Plátanos o banano: Básicamente, los plátanos son la Suiza de los alimentos. Son neutrales y ayudan a proporcionar equilibrio a tus microbios saludables. Debido a que los plátanos tienen un alto contenido de potasio y magnesio, reducen la inflamación, lo que ayuda a calmar cualquier infección bacteriana que pueda estar aumentando en su sistema digestivo.

Col o repollo: Junto con otras verduras crucíferas, la col contiene glucosinolatos, que cuando se descomponen por las bacterias “buenas”, liberan sustancias que reducen la inflamación y reducen el riesgo de cáncer, especialmente cáncer de mama, colon, hígado, pulmón y estómago.  Sin mencionar que la col rizada también es rica en vitaminas K, A y C, así como en folato.

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Recetas de jugos y licuados para la flora intestinal

Jugo para la flora intestinal #1
Ingredientes:
1/2 taza de col o repollo
1/2 taza de espinacas
1/2 aguacate
Agua (cantidad suficiente)

Preparación:
Coloque todos los ingredientes en una licuadora y mezcle hasta que quede suave (alrededor de 2 a 3 minutos). Servir sobre hielo.

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Licuado para la flora intestinal #2
ingredientes
1 taza de kefir
1/2 taza de fresas congeladas o frambuesas
1 cucharada de semillas de lino molidas
1/2 pulgada de jengibre, molido

Preparación
Agregue todos los ingredientes en la licuadora y mezcle en alto durante 1 minuto o hasta que estén bien incorporados. Beber a diario.

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Licuado para la flora intestinal #3
Ingredientes
1/2 taza de arándanos
1 taza de yogur
1 banana

Preparación:
Coloque todos los ingredientes en una licuadora y mezcle hasta que quede suave (alrededor de 2 a 3 minutos). Servir sobre hielo.

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Recomendaciones

Comer menos alimentos procesados. Los alimentos procesados ​​carecen de muchos de los nutrientes que contribuyen a un “clima” saludable en los intestinos. Además, tienden a no contener los tipos de bacterias saludables que se encuentran en las formas más naturales de los alimentos. (Por ejemplo, piense en un producto de queso procesado frente a queso real. El primero no contiene ninguna bacteria cuando sale de la fábrica, pero el segundo contiene muchas bacterias “buenas”, ¡y sabe delicioso!)

Comer alimentos ricos en fibra, como frutas, verduras y granos enteros. La fibra vegetal alimenta las bacterias “buenas” en el intestino grueso y, a su vez, producen sustancias químicas que protegen el revestimiento intestinal. (Otro inconveniente de una dieta rica en alimentos procesados ​​es que generalmente es baja en fibra).

Tomar antibióticos solo cuando sea necesario. Si su médico dice: “Esperemos un día o dos para ver si necesita antibióticos”, ¡no insista en que se los tome de inmediato! Los antibióticos pueden alterar significativamente la flora intestinal, eliminando las bacterias beneficiosas y proporcionando una “apertura” para que las bacterias dañinas se multipliquen.

Cuando tome antibióticos, tome medidas durante y después del tratamiento para restablecer su flora intestinal e incluso puede considerar tomar suplementos probióticos.

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